Cuando escuchas a un médico hablando de "un proceso natural de
caducidad", puedes traducirlo como "la ha palmado". Si te cuentan que
algo "es políticamente correcto", tradúcelo por "aburrido o
antinatural". Que un amigo te lleva a ver la obra de un artista
posiblemente será un rollo alternativo mediocre y cuando enciendes la
tele para escuchar las noticias, piensa que podrían tener un enfoque
diferente y parecer distintas porque, no nos engañemos, la manipulación
lingüistica, cultural e informativa es un hecho. Mira, si no, qué ocurre
con los museos, la literatura que más vende, las películas más
taquilleras, los discos de oro o con eso a lo que llaman "los
antisistema". Estaría orgulloso de que me considerasen uno de ellos,
porque si sistema es ser, pensar o sentir como "te enseñan"... aunque
prefiero ser un loco. Nos llaman locos, raros, extravagantes, pero
nosotros, sí nosotros, que nos reconocemos cuando nos encontramos, no
somos más que unos descreídos. No esperamos a que alguien nos diga cómo y
hacia dónde huir, huimos constantemente porque la alerta forma parte de
nuestra vida. Nos tachan de apocalípticos pero ¿acaso los jinetes no
son los que llevan las riendas? Existe la idea de que el apocalipsis, el
infierno o la maldad es algo desordenado, pero se rige por leyes. Está
doblado, apilado, cómo los calcetines, los jerseys o las camisas.
Normativizado y publicado en el libro sagrado, el de los deberes y
obligaciones, el de los dictadores, nunca el de los escribas. Y me
llaman loco. ¿No es de locos que se hayan pasado años en reuniones de
habitaciones de hotel y catering para redactar algo que saben que jamás
se cumplirá porque va contra el principio inviolable de propiedad
privada? Sin embargo, nos sentimos orgullosos de ellos y los convertimos
en padres de la patria. ¿Por qué crees que en lo único que los partidos
políticos están de acuerdo. es en llamar a la participación en unas
elecciones? ¿Imaginas qué ocurriría si esa participación fuese del 20 ó
30%? Quizás así se lo pensarían. Mira lo que pasa con Cataluña, ambos
gobiernos son su enemigo perfecto ¿y que hacemos nosotros, que tan sólo
queremos vivir tranquilos? tomar parte por algún bando cuya razón útima
nada tiene que ver con nosotros. ¿No es de locos esperar a que nos digan
donde hay peligro? ¿qué tachen de delincuente a un tipo que se ha
pasado un año en la cárcel por no pagar o robar comida, sólo por no
tener trabajo?. Maldita sea, veo a esos negros subidos a las vallas, a
los sin casa peregrinando hacia ningún lugar y me enorgullezco. Luego
escucho a estos que hemos elegido y me dan ganas de vomitar ¿y qué
hacemos nosotros? acomodarnos con sus justificaciones dándole nombres
tan bellos y rimbontantes como Democracia, Libertad, Bienestar. No vemos
que el sirio, el africano, el roba gallinas, el pobre, somos nosotros.
Por eso no podemos esperar, como corderitos hacia el matadero, porque el
deber de todo ser humano es sobrevivir, es una ley natural. Estos hijos
de puta van acabando con nosotros poco a poco, uno a uno en nombre de
algo que nos es ajeno, porque no somos los de la propiedad privada, los
dueños de las casas, ni las tierras, ni los países, no hacemos las
leyes, ni creamos los tribunales porque, no te confundas, muchacha,
cuánto peor nos vaya a nosotros, mejor para ellos. Necesitamos ser
antisistema, hacer una revolución, pero no una de esas con revueltas en
las calles con sangre y muertos, si no la de verdad, la interior, la que
te haga desobedecer toda norma, toda ley. Dejarlos sin parapeto, sin
héroes qué condecorar ni imitar. Convertirnos en fans de los valientes,
de los desfavorecidos, de los de las vallas o los que se ahogan en el
mar buscando un hogar, de los locos que deciden y se salvan a sí mismos
sin hacer daño a nadie y, si hace falta una gallina, repartirla o robar
las suyas por que, muchacha, si seguimos creyendo, escuchando,
obedeciendo, jamás seremos adultos.
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